viernes, 17 de marzo de 2023

Aragón

ARAGÓN


La comunidad autónoma de Aragón se compone de tres provincias: Zaragoza, Huesca y Teruel. Su superficie es de 47.720 km². Por su tamaño, Aragón es la cuarta Comunidad Autónoma española, sólo superada en extensión por Castilla La Mancha, Castilla y León y Andalucía.

Limita al norte con los Pirineos y Francia (Occitania y Nueva Aquitania), al oeste con Navarra, la Rioja, Castilla y León (Soria) y Castilla La Mancha (Guadajara y Cuenca), al sur con Castilla La Mancha (Cuenca) y la Comunidad Valenciana (Valencia) y al este con Cataluña (Tarragona y Lérida) y la Comunidad Valenciana (Castellón).

Sin embargo baja hasta la undécima posición por número de habitantes. La población aragonesa asciende a 1.326.261 habitantes según datos del I.N.E. del año 2.021. 

La orografía aragonesa está formada por las cordilleras del Sistema Ibérico en el sur y los Pirineos en el norte, y entre las dos cordilleras una gran zona llana en el centro denominada por los geógrafos Depresión del Ebro. Si el Ebro es el río con mayor caudal de la península Ibérica es sobre todo gracias al aporte de sus afluentes.

En el Pirineo hay 212 cumbres que superan los 3.000 metros de altitud. La mayoría de estas montañas se concentran en el Pirineo Central en Huesca, y el pico más alto de todos es el Aneto, (3.404 m). También destacan  el Posets (3.375 m), el Monte Perdido(3.355 m) y el Vignemale (3.298 m). Existen pequeños glaciares, lagos (ibones) y circos de origen glaciar, y un gran número de valles y cañones.

Al norte del cauce del Ebro, las Bardenas al oeste y los Monegros al este, constituyen los espacios secos, semidesérticos y más deprimidos.

Al sur, el macizo del Moncayo (2.345 metros de altura) conforma una avanzadilla de la Cordillera Ibérica, al que siguen las sierras turolenses de Albarracín, Montes Universales y Javalambre, con los picos de San Juan (1.870 metros) y Javalambre (2.020 metros). Al este, las sierras de Cucalón y de San Justo separan el territorio aragonés de la provincia de Castellón.

 El clima de la mayor parte de Aragón es riguroso, ya que se encuentra encajado entre sistemas montañosos que actúan como barreras y frenan la influencia suavizadora de los mares y, a la vez, la llegada de las lluvias. Entre los 50 y los 1.000 metros de altura sobre el nivel del mar, las temperaturas medias anuales oscilan entre los 11 y los 15 grados; son, pues, temperaturas medias un poco frías.

Característico de Aragón es el famoso cierzo, cercius para los romanos, violento, rápido y frío, característico del Valle del Ebro.

La diagonal que forma el Valle canaliza y da fuerza al cierzo cada vez que hay una borrasca en el Mediterráneo. Los Pirineos recogen el movimiento y lo vuelven a emitir en sentido horizontal y de forma turbulenta, de manera que entra en el Valle por el noroeste y continúa su viaje hacia la desembocadura del río. La combinación de valores medios no muy rigurosos y de valores extremos muy altos o muy bajos hacen que el clima de Aragón pueda ser considerado como mediterráneo y continental, caracterizado por el cierzo, las escasas lluvias y la frecuente aparición de granizo y heladas.

Aragón tiene uno de los promedios más bajos de España respecto a precipitaciones anuales, con menos de 350 mm. por metro cuadrado. Sin embargo, en los Pirineos se recogen hasta 2.000 mm. por año y metro cuadrado entre nevadas y precipitaciones, por lo que los ríos pirenaicos dan vida al Ebro y a buena parte del Aragón seco.

Albarracín

 

 

 

Albarracín es un lugar único. Pasear por sus calles, recorrer su muralla y adentrarse en sus monumentos es como hacer un viaje al medievo. Admirarás cada rincón, sus casas de color rojizo, sus puertas y llamadores, sus diminutas ventanas con visillos de encaje o sus balcones corridos en rica forja y de madera tallada.

El precioso legado arquitectónico y urbanístico de Albarracín transpira encanto y sosiego. Admirarás cada rincón, sus casas de color rojizo, sus puertas y llamadores, sus diminutas ventanas con visillos de encaje, sus balcones corridos en rica forja y de madera tallada. Por no hablar de las maravillosas vistas que obtendrás desde su envidiable emplazamiento.

La plaza Mayor, donde se encuentra el Ayuntamiento, es un buen lugar para que comiences la visita por este pintoresco pueblo, que alberga un buen número de monumentos y museos interesantes, como la catedral, las iglesias de Santiago y Santa María, la Casa-Museo Noble de la familia Pérez y Toyuela, el Museo Municipal y el Museo Diocesano. No te pierdas si vas con niños el Museo del Juguete.

Si quieres disfrutar del entorno natural de Albarracín, puedes dar un agradable paseo junto al río Guadalaviar y recorrer el paseo fluvial que hay junto al meandro excavado por el río a su paso por la localidad.

Te recomendamos utilizar los aparcamientos que hay a la entrada de la localidad y usar calzado cómodo para sortear las numerosas cuestas y escaleras que encontrarás durante tu recorrido por Albarracín.

Otro de los atractivos que te ofrece Albarracín es la subsede de Territorio Dinópolis dedicada al mundo de los fósiles y a los mares prehistóricos: Mar Nummus.

En sus inmediaciones se extiende uno de los conjuntos paisajísticos y culturales más sorprendentes de Aragón: el Paisaje Protegido de los Pinares de Rodeno. Los contrastes cromáticos entre el verde del pinar y el rojo de la piedra de rodeno crean un espacio de gran colorido, fuerza y belleza. En sus abrigos rocosos se conservan excelentes muestras de arte rupestre levantino, declarados Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.

 


 

jueves, 16 de marzo de 2023

Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido

 Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido

 

Declarado Patrimonio Mundial por la UNESCO, el Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido incluye un conjunto de cuatro valles (Ordesa, Añisclo, Escuaín y Pineta), que se extienden como brazos alrededor del Monte Perdido, el macizo calcáreo más alto de Europa.

El Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido es el auténtico corazón de los Pirineos y uno de los primeros espacios naturales protegidos de Europa.
 
El valle de Ordesa es el alma del parque. Recorrer sus senderos, fundiéndote con el entorno, es una experiencia que se quedará en tu recuerdo para siempre.
 
Miles de personas llegadas de todo el mundo admiran aquí, en cualquier época del año, maravillas como el Tozal del Mallo, la Cascada del Estrecho, las Gradas de Soaso o el Bosque de las Hayas. Son infinitas las excursiones y ascensiones que puedes realizar en este valle en cualquier época del año. La que te lleva hasta la cascada de la Cola de Caballo es todo un clásico, ya que a su belleza se añade una facilidad que la hace apta para todos los públicos.
 
Buitres, águilas, quebrantahuesos, sarrios y marmotas conviven en tupidos bosques de hayas y pinos; ríos e ibones transparentes, altas praderas de montaña y roquedos vertiginosos.
 
A la entrada del valle de Ordesa se emplaza Torla, un encantador pueblo típicamente pirenaico que proporciona al visitante del Parque todos los servicios necesarios para que disfrute de su estancia.
 
El Cañón de Añisclo, al que se accede desde Escalona, es como una profunda brecha que corta la montaña de norte a sur.
 
Las Gargantas de Escuaín, a las que podrás llegar desde el pueblo del mismo nombre, son otro ejemplo de la fuerza de la naturaleza. El de Escuaín es el valle más pequeño de los cuatro que componen el parque nacional y, posiblemente, el menos transitado; sin embargo, la belleza de sus gargantas merece sin duda tu visita. Además, desde aquí podrás observar diversas especies de aves protegidas.
 
El valle de Pineta es un apacible y bucólico valle con el típico perfil en U de origen glaciar. Rodeado de poderosas crestas y boscosas laderas, termina ante la mole de las Tres Sorores: Monte Perdido, el Cilindro de Marboré y el Soum de Ramond, que te obligarán a levantar la vista hasta sus más de 3.000 metros. A este valle se accede por Bielsa, famoso por su carnaval, el más popular y con más tradición del Alto Aragón.



Emblema de la Comunidad, el Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido, fue el primer espacio en ser declarado Parque Nacional, junto con Picos de Europa, en 1918.

Abarca una superficie de 15.696 hectáreas y 19.196 hectáreas de Zona Periférica de Protección. Su zona de influencia comprende los términos municipales de Torla, Broto, Fanlo, Tella- Sin, Puértolas y Bielsa.

El Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido constituye una unidad geográfica de primer orden. Domina su orografía el imponente Monte Perdido, 3.348 m., siendo el mayor macizo montañoso calcáreo de Europa Occidental, con las cimas de los Tres Sorores o Treserols: Monte Perdido, Cilindro y Pico de Añisclo –Soum de Ramond-, desde donde derivan a modo de brazos los valles de Ordesa, Añisclo, Escuaín y Pineta, cincelados por las aguas respectivas de los ríos Arazas, Bellós, Yaga y Cinca.

La gran diversidad de ambientes y paisajes fue tiempo atrás ensalzada por ilustres personajes como Louis Ramond de Carbonnières, Soler i Santaló, Lucien Briet, Ricardo del Arco, Lucas Mallada, Franz Schrader y muchos otros.

Los habitantes de estas montañas también han jugado un papel determinante en el modelado del paisaje del Parque Nacional. Lugar hasta donde llegan cada año los rebaños trashumantes cuyo pervivencia permite mantener los un patrimonio cultural y etnográfico que otorga un valor al Parque más allá de su riqueza natural.



En el Parque Nacional encontramos un verdadero muestrario de plantas con más de 1.500 especies de la flora pirenaica. Ordesa y Monte Perdido podría ser definido como un gran jardín botánico de montaña donde conviven especies comunes, y no por ello menos bellas, con otras endémicas o exclusivas de estas montañas, como el caso de la madreselva de los Pirineos, la corona de rey o la oreja de oso, especie relíctica de épocas tropicales que prospera en las húmedas fisuras de los roquedos calizos.
Entre la fauna destacamos al quebrantahuesos, que se reparte el dominio aéreo con el águila real, entre otras rapaces. El gorrión alpino, el acentor alpino y el lagópodo alpino, son las más intrépidas de las aves, ocupando las zonas más elevadas y extremas. En el suelo, se prodiga el endémico tritón de los Pirineos o el desmán y la rana pirenaica. Las marmotas y los sarrios sorprenderán al caminante con sus repentinas apariciones.
El Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido forma parte del Sitio Patrimonio Mundial de la Unesco Pirineos-Monte Perdido y forma parte, junto con el resto de la Comarca de Sobrarbe, del Geoparque Mundial de la UNESCO Sobrarbe-Pirineos

MONASTERIO DE PIEDRA


«A orillas del río Piedra me senté y lloré. Cuenta una leyenda que todo lo que cae en las aguas de este río (…) se transforma en las piedras de su lecho»…

(Paulo Coelho)

El Monasterio de Piedra es un rincón mágico de Aragón. Está situado en un entorno de ensueño, salpicado por rocas, cascadas, lagos y grutas naturales, moldeadas durante siglos por el agua del río Piedra: un escenario natural sorprendente, que parece sacado de un cuento de hadas, que merece la pena visitar. En esta guía te contamos cómo hacer la visita al Monasterio de Piedra y te damos todos los datos que necesitas saber para disfrutar este magnífico entorno cercano a Zaragoza: Un lugar perfecto para conectar con la naturaleza en su máximo esplendor.

LAS CASCADAS

Es uno de los parques naturales con más encanto de España y según se dice, el parque privado más visitado, también. Ya en 1871 la prestigiosa revista inglesa Fraser’s Magazine, publicaba lo siguiente: «es una excursión a una de las curiosidades naturales más extraordinarias de Europa”.

El agua y las impresionantes cascadas son las protagonistas del magnífico paisaje, a la hora de visitar el Monasterio de Piedra en Zaragoza. Aquí el río Piedra recorre el parque y se precipita en todas las formas inimaginables, modelando las rocas a su voluntad, para crear espacios  increíbles que desafían nuestra imaginación con fabulosos torrentes de agua, que se precipitan con gran espectacularidad y belleza.


La visita es muy sencilla: Las flechas azules te van indicando el trayecto por las cascadas y las flechas rojas te indican el camino de vuelta. Así, tras iniciar el camino marcado, llegamos a un vergel, de nombre: Juan Federico Muntadas, en referencia visionario que adaptó el parque al turismo. El vergel es un lugar frondoso, que de inmediato invita a relajarse y a conectar con la naturaleza.

Y muy cerca, la primera de las cascadas fantásticas que nos encontraremos es el Baño de Diana, en alusión al mito de la diosa y malogrado pastor Acteón, que pagó con su vida por observarla mientras se bañaba desnuda, acompañada de sus ninfas.


Preciosa es, también, la cascada La Caprichosa, para muchos la más bonita del parque Monasterio de Piedra. La cascada es muy fotogénica, tanto por su envergadura, como por su caudal y produce un efecto hipnótico.

Su nombre está basado en la leyenda de una niña que ayudaba en el monasterio, de nombre Jimena, que quería todo lo que veía en la naturaleza. Sin embargo, un día la naturaleza le devolvió todos sus caprichos a través de un gran torrente de agua; entonces cuenta la leyenda que: “pudo ver el mundo como los árboles, el viento en las alas de un ángel y finalmente, bailar en el fondo de las pozas”….

No podemos dejar de visitar la Cascada la Trinidad, en alusión a los 3 majestuosos niveles de caída, ni los saltos de agua de Los Vadillos, rincones con los que nos sorprende el río Piedra en bellísimas postales.
Los Fresnos Altos y Bajos nos descubrirán cascadas de cuento, que trasladan nuestra imaginación a paisajes de ensueño formados por finos hilos de agua, que se deslizan por la roca y se pueden incluso, tocar.
Pero, en nuestra opinión, el punto álgido para visitar el Monasterio de Piedra es la Cascada de la Cola de Caballo. No dejes de verla desde arriba, desde un gran mirador a la comarca. Conócela desde el interior de una mágica gruta de formas caprichosas: La Gruta Iris, pero también desde el exterior, desde donde ya podremos admirar sus magníficos 50 metros de caída adornados por un bellísimo paisaje.


LOS LAGOS DEL MONASTERIO DE PIEDRA

Hay tramos en los que el agua del río Piedra se vuelve más dócil en su recorrido y decide estancarse  para formar bonitos estanques y remansos de agua.

Es el caso del Lago de los Patos: una isla circular, que no debes dejar de visitar en el Monasterio de Piedra, en cuyo interior hay un lago enmarcado en vegetación, que invita a hacer una pausa en el camino y descansar en alguno de los bancos que lo rodean. Pero, también, el bucólico Lago del Espejo, según cuenta la leyenda, habitado por el espíritu de una bella dama.
Se dice que el Monasterio de Piedra estuvo habitado en tiempos pasados por espíritus malignos, como así demuestra la bonita leyenda que rodea a la “Peña del Diablo”, en alusión a la batalla entre ángeles y demonios, y el lugar donde cayó la bola de fuego del último demonio, ahora convertido en piedra. Muy cerca se encuentra la piscifactoría, la primera construida en España, de 1844.


LAS CUEVAS Y GRUTAS DEL MONASTERIO DE PIEDRA


De bucólicos nombres, las pequeñas grutas: «La Gruta de la Pantera», de «la Bacante» y del «Artista», harán la delicia de los niños. En una de ellas hay un cartel de Rabindranath Tagore, el poeta bengalí, que reza así: “No es el martillo el que deja perfectos a los guijarros, sino el agua con su danza y su canción”… Pero, sin duda, la más espectacular de todas ellas es la Gruta Iris.



La Gruta Iris fue descubierta por Juan Federico Muntadas, artífice del parque y el lugar más impactante, en nuestra opinión, de todo el recorrido: Una serie de túneles y escaleras misteriosas recorren las entrañas de la roca, en un espectacular recorrido mágico, hasta conducirnos al corazón de la Gruta Iris.
En su interior, nos sumergiremos en un escenario de estalactitas y espacios naturales bellísimos, por los que transcurre un misterioso lago, de un azul eléctrico hipnotizador, que hará creernos en mundos fantásticos.
La salida natural de la gruta queda cubierta por la imponente Cola de Caballo que rompe, en este espacio mágico, con toda la fuerza y energía de la naturaleza.

Para salir de la cueva se han habilitado una serie de túneles excavados en la roca, que invitan al misterio y a la aventura de mundos desconocidos.


EL MONASTERIO CISTERCIENSE SANTA MARÍA DE PIEDRA

 
El Monasterio de Piedra fue, en su origen, una fortaleza musulmana conocida como el Castillo de Piedra Vieja. Durante la visita al Monasterio puedes recorrer el Claustro, El Altar Barroco, la Cilla, los Pasadizos, la Cocina, el Refectorio, el Calefactorio y la Bodega, donde se puede visitar El Museo del Vino. Existen visitas guiadas cada 20 minutos que recorren los principales espacios.
Tras la Reconquista por Alfonso II, en el siglo XII, el rey lo cedió a la Orden del Císter de Santa María de Poblet y poco después llegaron los primeros 12 monjes que impulsaron su construcción.

Pero el lugar más misterioso e interesante es, en nuestra opinión, la Antigua Abadía, de gran riqueza de estilos arquitectónicos como: el Mudéjar, el Románico, el Gótico, el Renacentista y el Barroco. Lo sorprendente es que está destruida parcialmente, lo que le confiere mucho encanto. Se dice que fue debido al asedio de los franceses, otros historiadores lo atribuyen sin embargo, al brutal terremoto de Lisboa de 1755, … aunque el motivo real seguirá siendo un misterio.


LAS CURIOSIDADES DEL MONASTERIO DE PIEDRA



Los monjes tuvieron que abandonar el Monasterio de Santa María de Piedra en 3 ocasiones:

Durante la ocupación francesa en la Guerra de la Independencia (1808); Durante el Trienio Liberal (1820-1823), y durante la Desamortización de Mendizábal (1836), años en los que el Monasterio de Piedra sufrió daños y saqueos: sus cicatrices siguen siendo visibles en la actualidad.

En este Monasterio se cocinó el primer chocolate a la taza de Europa.

Fue en 1534, cuando se recibió el primer chocolate desde México, junto con su receta. Se dice que fue gracias a uno de los frailes que acompañó a Hernán Cortés en la conquista de México.
Al regreso de su aventura en el Nuevo Mundo, el fraile envío muestras de este cacao a los hermanos del Monasterio de Piedra, que consiguieron camuflar su amargo sabor con canela, vainilla y azúcar, o miel. Un placer divino que tuvo su origen en Aragón.



 

domingo, 12 de marzo de 2023

 TERUEL

 

 

 

Teruel es la menos extensa y menos poblada de las tres provincias aragonesas. Teruel llega a 134.545 habitantes. La superficie es de 14.804 km².

 

 



 

 

HUESCA


 Huesca es la segunda provincia en cuanto a extensión como a población. Huesca alcanza 224.264 habitantes. La superficie es de 15.626 km².

 



 

Zaragoza es la provincia central y más extensa de la comunidad, así como la más poblada. Según datos del I.N.E. del año 2.021, la provincia de Zaragoza tiene 967.452 habitantes. La superficie es de 17.724 km².